Elecciones en el PSOE
No son “generales”, que dicen que después lo serán, pero son elecciones y elecciones “casi generales”. Por primera vez los militantes, los “socios”, van a elegir al líder.
Ellos directamente, sin delegación de representación y voto. Eligen los que de verdad están porque quieren de verdad estar, pagando en dedicación y en metálico, en tiempo e ilusión; los que pasean y muestran por las calles lo que son mientras pelean ideológicamente defendiendo ideales y buscando adeptos a la causa. Los que se curran de verdad el partido sin cobrar por ello.
Por primera vez lo que es pura lógica y sentido común se hará realidad: los militantes eligen, deciden. Se acabó que la principal decisión política, la designación del líder, la decidan mil de entre 200.000. Ahora todos iguales: un militante, un voto. ¿Qué pueda haber bastante o mucho voto subjetivo? Podría, pero repartir entre 1000 es más cómodo y además no hay tanto para repartir entre tantos. Ahora por primera vez votan todos, a pecho descubierto, sin intermediarios.
Elecciones en el PSOE. Con todo lo que implica eso. Porque pespunteado lo que supone o puede suponer, unas elecciones implican programas (y promesas), campaña, debates, información a todo caudal… Sí que es cierto que en el club se conoce a todos los que pitan, suenan o destacan, pero lo cierto y verdad es que va a ser ahora cuando se midan de verdad, cara a cara, idea frente a idea, confianza frente a confianza, ilusión frente a ilusión. Distintas propuestas y varios aspirantes frente a un mismo auditorio, el mismo para todos, al que deberán convencer, conquistar. Una batalla política a campo abierto que para librarla en igualdad de condiciones tiene que contar con todos los medios posibles para que la información llegue fluida a cada uno de los 200.000 electores. Si hay elecciones tienen que haber campaña electoral para difundir y contrastar programas (y propuestas) a través de todos los canales y herramientas de comunicación, desde el mitin al whatsapp. Un ejercicio de pedagogía política que supondrá, además, que todos los focos informativos estén enfocando directamente y durante unos días al PSOE con el efecto mediático, quizás también el riesgo, que ello supone.
Elecciones en el PSOE, “casi generales”, en el mejor y más estratégico momento, cuando más falta le hace, cuando necesita con máxima urgencia una sobredosis ideológica que bombee autoestima política, y disuelva, tanto dentro como fuera, el certero “quiénes somos, …, a dónde vamos”.
Elecciones en el PSOE. No son “generales”, que dicen que después lo serán, pero son elecciones y elecciones “casi generales”. Veremos no sólo qué sucede en ellas ahora sino más tarde cuando, si se mantiene lo previsto, sean, entonces sí, generales, y entonces también los simpatizantes confirmen o revolucionen el resultado primario de este ejercicio democrático, que paradójicamente llama la atención por ser la primera vez que se hace y eso que se llama democrático.