Trajines

forges-el-paisNada tiene que ver (o a lo mejor algo sí pero bastante colateralmente, por aquello de lo balsámico) lo que aquí abajo vas a leer con lo que ves aquí al lado, pero qué mejor ahora que el sol ha vuelto que echarse una sonrisa con el gran, certero e infalible Forges…. Y de vuelta de la sonrisa, vamos al ureo.

«Trajines» se titula esta historia de hoy, el enésimo día en que ha sido abierto de par en par el fondo de armario del ínclito paquito el valensiá que fiel a la doctrina gurPPeliana y leal como nadie al más puro espíritu Nanin (el de sus cojones pillaos por taaaaantas manos) ha vuelto a despelotarse en las mismas dos direcciones en las que lleva haciéndolo hace ya tanto tiempo, demasiado tiempo. El pollo se despelota de la justicia y a la vez se despelota de todos, y lo hace colocándose sin disimulo y con aspavientos la taleguilla a la altura del paquete. Al mismo tiempo que practica ese despelote, polidespelótico él, paquito se quita gallardo y pinturero la correa para fustigar a los más mandamases (a los mandados lleva años haciéndolo) culpándoles de todos sus trajines, una actitud y comportamiento que en nada tiene que ver con la paranoia y sí muchísimo con el morramen más descarado.

Con todo, lo mejor viene ahora. Estando paquito en esas, nanin en el «¡ay mis güitos!», y alvarito el velloso en el «sé mucho pero no respondo porque si lo hago se me va la energía aprietagüevil que practico a dos manos con los anteriormente reseñados»…, estando en esas el vodevil (o si prefieres, el sainete) resulta que Charolito ha descubierto (lo jura por estas) que varios de los gurPPelinos, aprovechando el trajín de los trajines, no han parado ni un momento de trajinar o retrajinar sus viejos trajines demostrando a las claras que hicieron de ello su modo de vida y si no lo practican vivensinvivir en ellos… El más hiperactivo, aunque no él único, es el apandador conocido desde pequeño como el pipero y ya de mayor como el albondiguilla: un tipo peculiar donde los halla porque supo mezclar cual experto alquimista la estulticia con la picardía siempre y cuando hubiera biyetes (muchos biyetes) de por medio. El gurPPelino en cuestión, según atestiguan de primera mano quienes pueden hacerlo porque le ven, no cesa de mostrarse como conseguidor-presionador-aconsejador-recomendador y cuantas otras palabras encuentres tú lector para definir ese comportamiento frenético y compulsivo que desparrama a lo largo y ancho de esa distinguida zona del noroeste madrileño que durante mucho tiempo fue (y que sigue siendo) territorio tajada-mordida-comisión de los voraces gurPPelianos. Por allí visita y revisita en cuanto atisba obra a la vista y en atisbándola se emplea a fondo cual apoderadillo de tres al cuarto aseteando con ofertas de esas que no podrán rechazar y cosechando contratos de esos de invisibilidad a efectos legales para sobre todo una misma empresa radicada en un populoso municipio del sureño cinturón rojo, empresa que en su tiempo fue (y ahora sigue siendo pero en la opacidad) de otro de los gurPPelinos empuraos por la iusticia.

Quien pueda y quiera que siga el rastro, Charolito ya está en ello a tope, y si quiere y puede que denuncie aún sabiendo que tantos años de saqueo han hecho de esa gente saqueadoreitors obsesivos que para respirar necesitan no tu oxígeno ni el mío sino tus cuartos y los míos, no el aire sino el cambalache y el mangoneo. Porque, además, ojo con perder de vista a quien el pipero dejó de guardiana de obras públicas (con demasiado de privadas) en el consistorio en el que se metamorfoseó en consumado apandador aprendiz de alí babá y experto y consumado trajinero.

A cuidarse!!!