Un pistolero al frente del Observatorio madrileño de Violencia de Género

111Como cada mañana, Charolito bajó al huerto informativo a recolectar la cosecha diaria de historias y noticias. Como siempre, últimamente, encontró muchísimo del cáncer económico que nos está metastatizando el alma y la ilusión. Al hilo de eso, encontró bastante también  de la estrategia que están aplicando los medios derechosos: titulares en amarillo deslumbrante para encabronar al personal. No encontró prácticamente nada de la desgracia de Haiti que tanto nos conmovió y de la que Charolito ya dijo que iba a ser puro efecto «gaseosa»: mucha burbuja y después agüilla azucarada.

Al borde casi de la desolación, rebuscó entre malas hierbas y cardos por si ahí hubiera brotado algo bueno. Fue que no, nada apetitoso ni especialmente agradable. Como casi siempre. Pero de pronto…, Charolito divisó algo que en el mismo momento de atisbarlo le encendió la sangre: «Neira quiera una licencia de armas».

Charolito, y cualquiera, entiende sin dificultad que el miedo es libre, y que libre es cualquiera para adoptar las medidas de autoprotección que considere oportunas, y que se pueda costear (aunque nunca con dinero público). Pero lo que le enciende la sangre es que quien preside el Observatorio de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid («colocaciones Aguirre») quiera convertirse en pistolero. Eso sí que no, o lo uno o lo otro pero ambas cosas a la vez NO. Que elija, o pistolero o presidente del Observatorio de Violencia de Género. Ambas cosas NO. Menudo ejemplo: el designado para lucar contra la violencia con un pedazo de pipa en la sobaquera; el encargado de erradicar el terrorismo machista pidiendo licencia para matar, porque, claro, quien tiene una pistola no la tiene para fardar enseñándola a los amigos sino que la tiene para usarla…, …digo yo. 

En resumen, o pistolero o presidente del Observatorio madrileño de Violencia de Género. Y no digo más.

A cuidarse!!!