May 22 2013

¿Por qué Rajoy no quiere un pacto de estado?

dali

Hola!

 

Pudiste leerlo en zoomnews.es y ahora puedes escucharlo aquí.

La pregunta es clara y rotunda: ¿Por qué Rajoy no quiere un pacto de estado?

Responden Borja Semper (PP), Pedro Sánchez (PSOE), José Luis Centella (IU), Fernando Lezcano (CCOO), Ramón Cotarelo (politólogo) y Antoni Gutiérrez (experto en comunicación política).

 


Abr 21 2013

Comunicación política: reflexiones

la sierra«Vamos a intentar sorber y soplar al mismo tiempo. Digo lo de sorber y soplar al mismo tiempo porque yo he estado en los dos lados, más en uno que en otro pero en los dos. He realizado miles de entrevistas desde “este lado” y ha ayudado a preparar unas decenas desde “ese lado”. Ha pasado tiempo de todo eso, aunque la verdad es que ha pasado mucho tiempo de todo y ahora todo es diferente y aún lo será más. El caso es que si este encuentro lo hubiéramos tenido hace unos años, no muchos, y yo estuviera más “ahí” que “aquí”, recuadraría una máxima que en “ese lado” estuvo vigente, desgraciadamente vigente, durante demasiado tiempo: “información, poca y confusa”. Así era desde “ese lado” y como desde “este” era intolerable había bastantes ocasiones en que las entrevistas eran más bien interrogatorios porque el periodista preguntaba y repreguntaba y el político se enrocaba en el “a dónde vas, manzanas traigo”. Sucedía sin embargo que las mentiras tienen las patas muy cortas y que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, con lo que al final, y a poco que el entrevistador no fuese un zote, el entrevistado terminaba cayendo.

El caso es que aquello de “la información, poca y confusa” se convirtió en una gangrena letal que encima mutó en lo que por ejemplo ahora hace Rajoy-el hombre plasma, imitando mal a Pujol que acuñó lo del “hoy no toca” para esquivar preguntas. Eso ahora. Antes, y también ahora, la mutación fue la nota de prensa audiovisual que es ese paquete que diseñaban desde gabinetes de prensa, y que se sigue perpetrando, y que consistía en mandar a los medios la nota escrita más un par de cortes de audio y un par de totales de video y hasta cuatro o cinco fotografías. De esto se pasó a las comparecencias sin preguntas, y surgió lo de “sin preguntas no hay cobertura”, y de ahí al hombre o mujer “plasma”. Un tremendo error todo, de principio a fin, que alimentó de forma desmedida el descrédito político que es algo que a mi juicio nace de la sensación o percepción, individual primero y colectiva un momento después, del “nos está mintiendo, nos está engañando; se ríen de nosotros”. Terrorífico sin lugar a dudas y así estamos: desconfianza, desapego, recelo, rechazo… a los políticos por supuestísimo pero también a los periodistas.

Todo eso pasó pero como decía al comienzo, en poco tiempo ha pasado mucho tiempo de todo, y de ahí eso tan de moda del “reinventarse”. También, y sobre todo, en la comunicación, y casi más aún en la comunicación política. ¿Sencillo?…: en absoluto. ¿Cómo?…: pues consecuentemente difícil, complicado, arriesgado…, casi casi imposible, por desgracia, por culpa de un montón de vicios adquiridos, heredados e imitados.

En todo caso, y desde mi punto de vista, esa reinvención de la comunicación política, o de la forma en la que el político debe comunicarse con la sociedad, tiene que basarse en conceptos que hasta hace poco, y quizás aún ahora, eran chifladuras, quimeras…

La comunicación política en este momento y ahora más que nunca debe asentarse en:

-la honradez

-la honestidad

-la verdad

-la cercanía

-el respeto absoluto

-….

la charlaPara que la comunicación política, en este momento y ahora más que nunca, sea efectivamente comunicación, el político tiene que tener claro clarísimo, en este momento y ahora más que nunca, que él –o ella- no es más que un electricista, un camarero, una enfermera o una escritora. Tiene que tenerlo claro pero sobre todo tiene que mostrarlo y demostrarlo: que no es más que nadie, y, más bien al contrario, que es lo que es gracias a ese electricista, ese camarero, esa enfermera o esa escritora. Si eso está claro, y se eso se ejerce y se practica con honradez, honestidad, verdad, cercanía y respeto, a partir de ahí es cuando comienza o puede comenzar la comunicación, en este caso la comunicación política.

Son por tanto valores que quizá no es que se hayan perdido pero a los que desde luego se les ha faltado al respeto o se les ha, digamos, ninguneado, restado importancia, vacilado. Así al menos es, a mi juicio, como lo ha entendido buena parte de la sociedad hasta gritar “ya no más, por ahí no paso” y producirse a continuación ese distanciamiento, desapego o recelo, desde mi punto de vista tremendamente preocupante.

Así pues, el político, hombre o mujer, debe no olvidar ni un segundo que lo es gracias a la gente y sólo y únicamente gracias a la gente, y que por tanto tiene un deuda infinita a la que no debe traicionar ni prostituir jamás.

Por lo tanto, el político, hombre o mujer, desde el máximo respeto y la máxima gratitud a quien de verdad le ha permitido serlo, debe mostrar, o mejor debe enseñar una vez y otra y otra más, su ADN porque en ese ADN hay (debe haber) verdad, honestidad, honradez, cercanía… Haciéndolo una vez y otra y otra más, cada momento de cada día, irá construyéndose una credibilidad que una vez haya recuperado peso, cuerpo, vigor y valor empezará a convertirse en referencia, en referente: un bien extremadamente escaso y absoluta e imprescindiblemente necesario.

Sorteado el preámbulo, pasemos al título del asunto: Relaciones con Medios de Comunicación: herramientas y estrategias. A costa y a riesgo de reiterarme, diré que los tres conceptos de ese título, relaciones-herramientas-estrategias- no son otra cosa, en este momento y ahora más que nunca, que lo ya dicho: honestidad, honradez, verdad, cercanía y respeto. Esas son las herramientas y esas son, en este momento y ahora más que nunca, las estrategias. En cuanto a “relaciones”, en este momento y ahora más que nunca, debe tenerse absoluta y meridianamente claro que no son relaciones con medios de comunicaciones, más con el actual panorama mediático, sino relaciones con las sociedad, con la gente.

En todo caso, acotado más o menos el título y reiterando de nuevo que la única estrategia que engloba a “las estrategias” es la de la verdad, etc etc…; sí hay una serie de herramientas, o más bien escenarios, y mencionaré sólo tres, la rueda de prensa, el canutazo y la entrevista.

con carmenUn breve inciso para destruir o cuando menos intentar borrar del todo y para siempre, más en este momento y ahora más que nunca, otro axioma que lo fue y mucho, y que visto ahora en perspectiva estaría también en el origen de todos los males que ahora padecemos y padecéis (los políticos). Si malo fue, visto ahora, aquello de “la información, poca y confusa”, dañino y letal fue también, visto en este momento y ahora más que nunca, aquello que le decía el padrino Corleone a uno de sus hijos “nunca digas en voz alta lo que estás pensando”. Que sirvió, sí; que dañó, también; que lo lamentamos, por supuesto. Quizá en un momento y circunstancia sirvió, pero como resulta que aquel momento y circunstancia era tan falso como la burbuja en la que habitaba y habitábamos, en este momento y ahora más que nunca lo que hay que decir es justamente lo que se está pensando (dando por hecho no ya que se piense sino que se sabe y se es consciente de que se piensa y de lo que se piensa). La verdad, la honestidad, la honradez, el respeto son elementos vitales para intentar restañar lo destrozado.

Es por todo ello que considero que tanto en la rueda de prensa como en el canutazo o la entrevista hay que decir lo que se piensa, entre otras cosas porque lo que se piensa se ha pensado previamente en la organización y todos sus miembros lo tienen metabolizado sin necesidad de filtros, estratagemas, teatrillos o paripés previos de todo tipo y condición.

De frente y por derecho es como hay que acudir a cada uno de esos escenarios; escenarios a los que se va a comunicar entendiendo la comunicación, política pero no sólo política, con aquello que nos decían en la facultad: para comunicar hay que tener algo que contar y contarlo. ¿Cómo? Con claridad, con concisión, con veracidad y de manera certera. Contarlo como se lo estaríais contando a vuestro vecino, amigo o familiar, porque no se olvide que cuando un periodista os pregunta o entrevista no se lo estáis contando a él sino a sus oyentes, lectores o televidentes. El periodista no es el protagonista sino el intermediario y cuando le habláis… a quien en realidad habláis es a quien os ha hecho ser lo que sois o a quien podría hacerlo. Es más, él-ella, el receptor-la receptora, es en realidad el verdadero protagonista de esta historia, no el periodista ni tan siquiera vosotros.

el sitioEn definitiva, tanto en el canutazo, o breve declaración espontánea pedida o provocada, como en la rueda de prensa o en la entrevista, tenéis que tener claro que tenéis algo que decir y que vais a decirlo y lo decís. Y lo tenéis claro porque os dedicáis a la política y pertenecéis a una organización donde (diremos que por lo menos en teoría) se debate, se reflexiona, se analiza, se propone… Tan claro debe estar como, valga el ejemplo, claro tienen los Rolling Stones cada canción que interpretan: se la saben, la letra y la música y por supuesto el estribillo que vendría a ser el titular. Siempre me hizo gracia, aunque en realidad me causaba estupor y perplejidad, cuando estando de “ese lado” el dirigente político, o la dirigente, me decía “qué digo”; mi respuesta era “tú sabrás lo que tienes que decir que eres el político o la política, yo lo que puedo decirte es cómo decirlo pero el qué es cosa tuya, si no cambiemos los papeles”… Claro que como político, en ese momento al menos, pues como que no porque como periodista al pan le llamo pan y al vino le llamo vino y eso, en ese momento y de “ese lado”, no es que no se llevara sino que casi era peor que una chaladura, era pura herejía.

Y bueno, con ese chascarrillo termino. Gracias a todas y todos por la atención y la paciencia».

 

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